Dicen que el 80% de los adolescentes del mundo no hace el ejercicio mínimo recomendado, que esta será la generación del sobrepeso ya que se pasan el día sentados  delante de  las pantallas y estos datos se agravan si hablamos de las adolescentes; en mi opinión habría que hacer una puntualización aclarando lo que consideramos adolescencia:

  • Precoz o temprana. Entre 12 y 13 años
  • Entre 14 y 16 años
  • Tardía. Entre 17 y 21 años

Si nos fijamos en la adolescencia temprana y media podemos ver niños y niñas con problemas de obesidad porque aún el aspecto físico en la mayoría de ellos no marca su vida pero a partir de los 17 años el físico juega un papel muy importante, no olvidemos los “likes” de las Redes Sociales por lo que empiezan a llenar los gimnasios y en algunos casos y sobre todo en las adolescentes comienzan las dietas sin control y a veces bastante peligrosas. El ejercicio físico que practican no es por su bienestar real si no por verse guapos delante de un espejo y ante los demás.

Los niños van al colegio en coche, van a las actividades extraescolares en coche, van a la competición del fin de semana en coche, los llevan los padres en coche al cine los fines de semana y luego van a recogerlos y así se pasan la vida, sobre cuatro ruedas para más tarde estar sentados, jugando con las videoconsolas o enviando mensajes con el móvil mientras comen algún fruto seco pues tal vez una pieza de fruta no sea de su agrado; a esto añadiremos que la educación física en las escuelas o institutos no reporta nada o poco al sedentarismo y lo que realmente es preocupante es la brecha que se abre entre hombres y mujeres. En España el 69,8% de los hombres no hace ejercicio frente al 83% de las mujeres sobre todo adolescentes. No debemos olvidar la cantidad de alimentos ultraprocesados que los adolescentes ingieren cada día, la dieta saludable ya no es la que era: los niños no quieren legumbres, no quieren pescado, no quieren fruta; sus bebidas favoritas son gaseosas o energéticas.

Reflexión:  los padres ya no van con los niños a los parques porque las jornadas laborales lo hacen imposible y muchos parques han dejado de ser atractivos por la dejadez de los mismos, cuando el niño va creciendo la inseguridad en las calles hace que los padres prefieran que se queden en casa jugando con las tabletas y así vamos cerrando un círculo de sedentarismo que desde los responsables de Educación y Sanidad debería ser revisado pues estamos educando una sociedad enferma sin que ellos se den cuenta de los acontecido y los padres no puedan hacer mucho más. Nos vemos

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